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IDITAROD 2012, HOMBRE Y PERRO

"Solo el amor a la naturaleza, la pasión por la vida y la certeza de que formemos parte de una comunidad total que va desde la bacteria al hombre, nos dará fuerza para defender el único hogar que tenemos: un pequeño planeta, perdido en una remota galaxia, al que hemos llamado: TIERRA".
Felix Rodriguez de la Fuente 


 Iditarod tiene sus orígenes en el trayecto que emprendió un equipo de intrépidos pioneros en 1925 para hacer llegar a Nome las medicinas necesarias para acabar con la epidemia de difteria que sufría en aquellos momentos la ciudad. En cuanto al nombre, no está claro su significado: "agua clara" parece ser la derivación que procede de los nativos Shageluk, que habitaban el río Iditarod; o "lugar distante", de acuerdo con los Ingalik.


La carrera comenzó como un trayecto corto de 90 kilómetros en 1967, y en 1973 se transformó en el recorrido actual de unos 1.770 kilómetros siguiendo el sendero Iditarod, en su momento la única ruta para abastecer a las poblaciones en estos lugares remotos.

 La prueba es hoy todo un acontecimiento en Anchorage, donde acuden docenas de curiosos y periodistas de todo el mundo para observar de primera mano el pistoletazo de salida. En realidad, la carrera se inicia hoy sólo simbólicamente, ya que el tiempo que consigan los competidores no cuenta: la verdadera competición comenzará el domingo próximo cuando los trineos se aventuren en caminos que, además de los perros, sólo recorren las motos de nieve.


 Cada guía tiene una táctica diferente: algunos prefieren correr a la luz del día, mientras que otros optan por la noche. Todos deben cumplir ciertas normas y, por ejemplo, es obligatorio que lleven en su equipo una parka ártica, un saco de dormir preparado para las bajas temperaturas, un hacha, raquetas para caminar en la nieve, comida para los perros, para el guía y unos zapatos especiales para proteger a los animales del hielo.


Cabe destacar que grabando esta carrera, falleció Félix Rodriguez de la Fuente en un accidente de avioneta que narramos a continuación:

Aunque la mayor parte del equipo viajaba habitualmente en la avioneta de Oney, una pequeña Cessna, ésta sufre una pequeña pérdida de aceite y Félix, que tenía miedo a volar, decide cambiar de aparato, y comenta poco antes de montar "qué lugar más hermoso para morir". Tras despegar de Unalakleet, las dos avionetas vuelan casi juntas y poco después, la que pilota Dobson se estrella como consecuencia del desprendimiento de uno de los hidropatines, que desequilibró el aparato. 

                                     

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